Por Juan Pablo Bowen, Gerente General Transap
Chile necesita crecer en el transporte de carga. Y como país exportador y con un variado origen
regional de sus productos, tanto para consumo interno como para la comercialización externa,
contar con un adecuado sistema y red logística intermodal de transporte es un elemento clave
para el desarrollo nacional.
Sin embargo, a la fecha sólo cerca del 5% de la carga nacional se transporta en tren, mientras en
los países de la OCDE, los valores varían entre un 15% y un 30%, siendo Estados Unidos el que
registra un mayor desarrollo del sistema de carga ferroviario.
El transporte de carga por ferrocarril tiene múltiples beneficios económicos, ambientales y
sociales: es eficiente y competitivo en términos de costos, especialmente en grandes volúmenes,
ya que un convoy de carga puede transportar la carga equivalente a 60 camiones; sus emisiones
atmosféricas son la cuarta parte del camión, lo que es una gran contribución a la meta de carbono
neutralidad de Chile; disminuye la congestión vehicular en las carreteras; y presenta bajas tasas de
accidentabilidad, lo que lo posiciona como un modo de transporte seguro y confiable; y genera
resiliencia frente a catástrofes naturales a las cuales se ve expuesto nuestro país con frecuencia.
La posibilidad de que el tren de carga tenga un rol central en el sistema logístico nacional está
condicionada, en gran medida por la necesidad de mejorar la infraestructura ferroviaria
disponible. A su vez, el desarrollo de la infraestructura debe contemplar una mirada de futuro. Es
decir, permitir aumentar la velocidad de circulación de 28 a 70 KPH, el paso de trenes más largos –
de 550 a 1.200 metros, aumentar la capacidad en peso por eje de 19 a 25, y considerar la
alternativa del doble stacking, es decir, el traslado de contenedores en doble altura, entre otros.
Hoy Chile está en la posición 33 del índice de competitividad global del Foro Económico Mundial,
aunque nuestro país se ubica dentro de los países de la OCDE que tienen la menor participación
del tren como modo para transportar carga, ubicándose en el puesto 70 en infraestructura
ferroviaria. Mientras, en infraestructura para el transporte por carreteras ocupa el puesto 16 y en
infraestructura portuaria el lugar 35. Claramente, esto abre una oportunidad para potenciar el
desarrollo del tren de carga.
De acuerdo con las cifras actuales, si se moderniza adecuadamente la red para la carga, esta
podría cuadruplicar su productividad en el mismo territorio que actualmente ocupa.
A eso debe sumarse un plan de conectividad ferroviaria con los centros de transferencia de carga y
la industria nacional., lo que permitiría llegar en forma más efectiva hasta los grandes centros
industriales y terminales portuarios para agilizar los procesos de carga, descarga y distribución
interna y de comercio exterior.
Por el lado de las empresas operadoras del transporte ferroviarias de carga, usuarias de la
infraestructura provista por el Estado, estas vienen realizando las inversiones necesarias en
material rodante y en nuevas tecnologías que permitan potenciar no solo un mejor servicio, sino
que este sea más eficiente y permita hacer más competitivo el sector.
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En momentos que la recuperación económica tras los impactos generados por la pandemia
presenta innumerables desafíos para el país, facilitar, integrar y hacer más eficiente la logística
debe ser un tema para considerar. La necesidad de fortalecer la competitividad hoy sitúa al tren
de carga como una atractiva modalidad que ofrece importantes oportunidades y cuyo impulso
debe ser abordado a través de un trabajo público-privado, con una mirada de largo plazo,
sustentadas en un diagnóstico acabado y objetivo, que permita atender las necesidades de
infraestructura e inversiones que se requiere para apoyar el desarrollo de todas las regiones del
país.
No puede haber dos lecturas: Chile necesita crecer en el transporte de carga por ferrocarril dadas
las enormes ventajas que ello representa, y el Estado debe promover que esto ocurra porque
beneficiaría a todo el país. En definitiva, se hace urgente trabajar por un Chile con más tren de
carga.