Quedarse en casa también puede convertirse en una experiencia de aprendizaje para los niños en edad preescolar que deben permanecer en sus hogares debido a la cuarentena que rige actualmente en cinco de las seis comunas de la provincia de San Antonio.
El confinamiento se trata de una medida que si bien busca priorizar la protección de la salud frente a la pandemia del covid -19, puede afectar la convivencia de las familias y sobre todo el estado de ánimo de las madres y padres que deben ingeniárselas para apoyar a sus hijos en este proceso.
Al respecto, la psicóloga del Centro de Salud Mental Comunitario (Cosam) Infanto Juvenil del Hospital Claudio Vicuña, Alba Menares Toro, aseguró que la clave para sobrellevar de mejor forma la cuarentena con niños entre 3 y 5 años, es la creatividad “plantearse alternativas con los recursos disponibles, generar una rutina flexible pero a la vez organizada que contemple no sólo las cosas básicas que se hacen en una casa, si no también tiempos de recreación y encuentro”.
También recomendó ordenar el espacio destinado para realizar las actividades, aunque sea la mesa del comedor, haciendo de este lugar de aprendizaje un espacio de autocuidado recreativo tanto para el pequeño como para la madre. “Realizarlas en un horario que ambos compartan y respeten, lo que permite crear un vínculo sano, que es un elemento transversal que no solo se plantea a nuestros usuarios, sino que es una temática relevante en el desarrollo óptimo de todos los niños”.
Ejemplos
La profesional recomendó confeccionar un horario en conjunto con los preescolares y dejarlo en un lugar visible donde la familia se reúna, tarea en la que estarán ocupados un par de horas, “esta planificación diaria debe considerar ocupaciones recreativas y familiares además de intencionar la posibilidad de que establezcan un tiempo libre en que puedan decidir qué hacer, favoreciendo con ello la autonomía e iniciativa; siempre resguardándolos”.
La psicóloga invitó a las mamás y papás que implementen un huerto y que si no tienen patio lo hagan dentro de la casa, en maceteros. “Lo importante es que los niños observen los procesos de la naturaleza desde un aprendizaje significativo, por ejemplo, que hagan el clásico ejercicio de poner un poroto en un vaso con algodón y agua para que puedan ver cómo germina o el trozo de zanahoria que dejamos cuando cocinamos. Propiciar el cuidado del medio ambiente, confeccionando ladrillos ecológicos, los cuales pueden ser hermoseados por los propios niños y niñas, siendo un adorno más de la cocina. El uso del celular, si bien debe ser medido y en lo personal no lo recomiendo a tan corta edad, podríamos aceptarlo para dejar registro fotográfico de estos avances”.
“Es fundamental además favorecer la organización pero siempre con flexibilidad, es decir lo que los integrantes de la familia estén dispuestos a hacer para contribuir al proceso, puede ser jugar a la pelota, disfrazarse, pintarse la carita, cantar, escuchar música, ver películas, todo puede ser un aprendizaje desde la memoria, comunicación, interacción, motricidad y lenguaje”, manifestó la psicóloga.
Finalmente, la profesional de la salud aseguró que desde el punto de vista de la psiconeuroinmunología, las prácticas saludables, vincularmente sanas o emocionalmente satisfactorias, podrían propiciar el fortalecimiento del sistema inmunológico de los pequeños; ya que según esta disciplina las emociones afectan el sistema inmunológico de todos, por tanto, “no nos impongamos estas actividades como tareas obligadas, sino que avancemos en propiciar los espacios de interacción diaria, posterior al trabajo o tal vez los fines de semana como un tiempo de crecimiento personal para nuestros niños y niñas”.
