Durante el año 2020 36 pacientes recibieron tratamiento para reducir al mínimo las secuelas provocadas por un accidente cerebrovascular en la Urgencia del Hospital Claudio Vicuña de San Antonio.
Se trata de usuarios que llegaron al establecimiento tras experimentar los primeros síntomas y que fueron atendidos por el equipo local, asistido vía teleconferencia por neurólogos de la Unidad de TeleACV del Servicio de Salud Metropolitano Sur (SSMS).
En el Día de la Prevención del Accidente Cerebrovascular o ACV, que se conmemora cada 29 de octubre, el doctor Carlos Cisternas Sepúlveda, neurólogo del Hospital Claudio Vicuña explicó por qué se produce esta enfermedad y cómo prevenirla.
“Se habla de accidente cerebrovascular cuando una de las arterias que irriga tejido cerebral se obstruye (infarto cerebral) o rompe (hemorragia intracerebral), lo que causa síntomas de déficit de funciones cerebrales específicas de acuerdo a la ubicación de la lesión”, puntualizó el especialista.
El doctor Cisternas agregó que los factores de riesgo más frecuentes en la población son: la hipertensión arterial, tabaquismo, diabetes, arritmias y el consumo de drogas, por lo cual recomendó llevar una alimentación saludable – idealmente basada en la dieta mediterránea -, hacer actividad física moderada de forma regular, no fumar y controlar adecuadamente enfermedades crónicas como la diabetes y la hipertensión.
Las señales a las que se deben estar alertas y que indicarían que se está cursando un ACV son: disminución de fuerza o torpeza de una extremidad, de inicio brusco o que se produce al despertar, dificultad para hablar y alteraciones visuales o de la marcha.
“Si una persona manifiesta estos síntomas debe consultar rápidamente a un servicio de urgencia que disponga de neuroimágenes (escáner o resonancia magnética). En casos bien seleccionados durante las primeras horas del evento es posible realizar procedimientos que permiten romper el trombo que impide la irrigación cerebral normal de forma química (trombolisis endovenosa) o física (trombectomía mecánica).
En el caso de la trombolisis endovenosa se administra un fármaco que desobstruye el flujo sanguíneo cerebral, lo que permite la reperfusión (restablecimiento del flujo sanguíneo) y la oxigenación de la zona isquémica. Si se aplica de forma precoz disminuye en forma bastante importante o evita por completo las secuelas, incluso está la posibilidad de que el paciente se recupere totalmente.
