En la actividad se hizo un llamado a la comunidad rural para que realicen sus cortafuegos y así evitar el avance de cualquier incendio.
La Municipalidad de San Antonio junto a la Corporación Nacional Forestal (Conaf) da inicio a la campaña preventiva de incendios forestales para sensibilizar y concientizar sobre estos temas, además de hacer un llamado a la comunidad
Constanza Lizana, alcaldesa de San Antonio, señaló que “necesitamos eliminar todos los factores de riesgo. También tenemos que estar preparados ante un eventual foco de incendio, pero por sobre todo, tratar de evitarlos”.
Las altas temperaturas que se presentan durante la temporada estival, el viento y la sequedad son factores de riesgo que deben evitarse. Por esta razón, las instituciones se unen a las comunidades para detectar posibles focos y, así, no lamentar alguna tragedia que afecte a personas, propiedades, flora y fauna.
Andrés Flores, jefe provincial de Conaf San Antonio, enfatizó sobre la importancia de la red comunitaria para enfrentar este tipo de siniestros. “Nosotros tenemos una cuadrilla de prevención que se coordina con los dirigentes vecinales. Entonces, la información fluye entre estos dos grupos con solicitudes de capacitación o entrega de información sobre potenciales focos de incendios forestales”, indicó.
Durante la actividad también se solicitó a la comunidad rural que realicen sus cortafuegos para evitar el avance de cualquier incendio que se pueda provocar, ya que la propagación depende mucho de la dirección e intensidad del viento, factores que no se puede controlar.
Incendio Forestales
La mayoría de los incendios que se producen en Chile y el mundo están relacionados con la acción humana, estos se producen a través de descuidos o negligencia en la manipulación de fuentes de calor, incluso de manera delictiva, provocando daños irreparables.
Según datos entregados por Conaf, la superficie afectada en cada período de incendios forestales promedia las 52.000 hectáreas quemadas, pero con valores extremos que han ido desde 10.000 y 101.000 hectáreas. El mayor daño corresponde a praderas y matorrales. En menor escala arbolado natural y plantaciones forestales, principalmente de pino insigne.