La ansiedad es un trastorno bastante común hoy en día, principalmente por el actual escenario que estamos viviendo y puede ser causada por factores externos, como problemas económicos; familiares o laborales y estímulos internos como dolor, enfermedad o estrés.
Esta sensación o estado emocional afecta de manera directa a la salud y aumenta la probabilidad de que aparezcan conductas alimentarias no adecuadas, alterando los patrones de consumo, es decir facilitando una mayor ingesta de alimentos, principalmente aquellos altos en calorías, grasas y azúcares.
Al respecto, la nutricionista del Hospital Claudio Vicuña de San Antonio, Daniela Godoy, explicó cómo distinguir esta ansiedad del hambre. “Generalmente viene asociada a otros trastornos, ya sea estrés; nerviosismo; excesivas preocupaciones o euforia, por lo tanto el hambre emocional suele ocurrir en momentos en que éstos se ven acentuados. El hambre real es un proceso fisiológico en el que participan algunas hormonas que lo regulan. La saciedad ocurre de manera paulatina y se calma al consumir algún alimento que nos deja satisfechos. En cambio, la ansiedad se asocia con un consumo compulsivo que se presenta de forma repentina y debe ser calmada con un alimento específico, el cual al ser consumido no produce saciedad, ya que no responde a señales hormonales”.
¿Sirve tomar agua para calmarla?
El consumo de agua es fundamental para nuestro organismo en todas las edades, además la deshidratación se asocia a mayor probabilidad de presentar daños cognitivos y también influye en nuestro estado de ánimo, en especial en la tristeza y la ansiedad. Uno de los síntomas de los estados ansiosos es presentar la boca seca, por lo tanto su ingesta nos ayuda a calmar esa sensación.
Como nutricionista, ¿qué recomienda a las personas que experimentan frecuentemente hambre emocional?
Se aconseja el consumo de alimentos altos en triptófano, que es un aminoácido que participa en la formación de serotonina que se asocia a mayor sensación de bienestar; relajación; mejor sueño y estado de ánimo, además tiene una importante función en el cerebro, ya que establece el equilibrio entre otros neurotransmisores como la dopamina o la noradrenalina, que se relacionan con la angustia o la ansiedad.
Entre los alimentos que son ricos en triptófano encontramos el pollo; pescado; huevos; leche; pavo; chocolate con alto porcentaje de cacao; frutos secos; plátano; piña; algunas semillas y legumbres. Además, es necesario realizar actividad física, ya que aumenta la secreción de serotonina, que también es un neurotransmisor muy relacionado con el control de las emociones, por lo tanto una alimentación rica en triptófano y la actividad física nos ayudarían a controlar la ansiedad.
¿Sirve de algo planificar compras saludables?
Por supuesto que sirve, porque nos ayuda a seleccionar alimentos como los mencionados y podemos tomar mejores decisiones a la hora de comprar.